El resumen escrito de la conferencia de Juan C. de Pablo aqui.

Los conceptos más salientes de la conferencia que más de 220 personas escucharon en la Biblioteca de Viamonte. Para agendar el lunes 16 a las 19.00 Manuel Solanet

Se realizó con mucho éxito y convocatoria el primer evento del Ciclo de Conferencias, organizado por el Ateneo y Biblioteca de CUBA, en el que disertó el Lic. Juan Carlos de Pablo sobre "Política y Economía a partir de 2016". 

A continuación algunos pasajes de su exposición:

CONFERENCIA JUAN CARLOS DE PABLO 

 

Juan Carlos de Pablo, académico  de Ciencias Económicas, se autodefine en el título de su columna en La Nación como “Serio, pero no solemne”. De esta forma y resaltando la trayectoria académica y cómo economista, el ex Presidente de CUBA Dr. Ricardo Mase presentó al orador ante el  numeroso auditorio que desbordó la Biblioteca de Viamonte.

Previo al Dr. Mase, la bienvenida estuvo a cargo del Presidente del Ateneo y Biblioteca de CUBA, Dr. Eduardo Martiré, quien agradeció al Lic. De Pablo que aceptara la invitación del Club, que alguna vez lo tuvo en sus filas vistiendo la camiseta de rugby a cuadros azul y negra.

El economista a lo largo de más de una hora fue desgranando, en su particular estilo, conceptos sobre economía y  política en la Argentina que se avizora para después del 2015. Hizo un parangón con la época vivida entre 1955 y1958 (basado en un trabajo publicado por el economista  en agosto de 2013 y que figura en su página web).

  Se sabe que a él le gusta la historia argentina, que permite entender lo que nos pasa hoy. Arranca la charla contando que a  Perón lo echan a través de un golpe de estado, una primera diferencia importante en relación a la época actual. A continuación, un extracto de la conferencia dictada por De Pablo.

Se dice que la razón por la que lo echan a Perón es más política que económica. No es la coyuntura económica como estábamos en 1955 la que precipita los hechos que conocemos. Pero en la “herencia económica” de Perón hay hechos más contundentes que otros. Él, además de hacer un programa antiinflacionario en 1952, cuando se da cuenta que la fiesta se acabó y que a Miranda lo tiene que rajar, y viene Gómez Morales, hace una ley de inversiones extranjeras e invita a algunas empresas a radicarse. Algún economista afirma que el desarrollismo fue un peronismo tardío,  erróneamente a mi criterio, pero Perón tenía que hacer un ajuste y lo comenzó a hacer, aunque  en condiciones de falta de credibilidad importantes.

Recordemos que más allá del tema del petróleo o las inversiones extranjeras, en 1955 Perón había hecho mucha inversión en vivienda social, pero había destrozado por ejemplo  la infraestructura eléctrica y de transportes.  Los más veteranos se acordarán que poco después, a comienzos de los ’60, al lado del televisor estaba el estabilizador, para tomar la energía y poder ver televisión.  Lo mismo sucedió con la infraestructura de los transportes. El rearme de la infraestructura se hace con plata pública internacional, con el Banco Mundial. Una de las implicancias del Informe Prebisch  es sumarnos al FMII y al Banco Mundial y pedir créditos para comprar los trenes japoneses, hacer las primeras usinas termoeléctricas.

Y  la otra herencia que queda es la distorsión de las tarifas, los alquileres, y el tipo de cambio. También de gran actualidad. Ayer Majul se indignaba porque el tren a La Plata sale dos pesos, y uno razonable 16. Ahora, La Plata está a 60 km de Buenos Aires.  ¿Cuánto cuesta en cualquier país cubrir un viaje razonable de 60 km? Dos pesos ni por casualidad.  Entonces cuando uno mira la herencia, hay similitudes fenomenales,  Este tipo de gobiernos destroza la infraestructura, se come el capital y anda a cantarle a Gardel.  Y después el que viene tiene que recomponer la situación.

Después viene la Revolución Libertadora.  Como ustedes recuerdan, en septiembre de 1955 llega de Córdoba el General Lonardi, que dice ni vencedores ni vencidos. Duró 55 días. En Argentina hubo vencedores y vencidos.  Y esto otra vez tiene una gran actualidad. Si miramos nuestro pasado, somos todos salvajes. Pensar que después  de doce años de kirchnerismo y cristinismo van a decir “bueno,  estas cosas ocurren”, no es así, lo que tenés que esperar es una salvajada.  Junto al hecho de la salvajada política, está el otro hecho de que cuando un equipo de gobierno  está lejos de la operatoria, tiene que aprender. Esto vale tanto para 1955, como para ahora.  La experiencia dice que no tenemos plan A de nada, pero sí plan B, B1, B2…

Hay un ejemplo internacional que viene de España, el Pacto de la Moncloa. Falleció hace poquito Adolfo Suárez, su héroe político. Jefe del gobierno español, que tuvo la enorme virtud, sagacidad,  coraje, etc., de sentar a la mesa a todos los líderes políticos de partidos que tenían representación parlamentaria.  Fraga Iribarne era fácil, pero Carrillo no. Y todos firmaron el Pacto.  Junto al esfuerzo político, está el esfuerzo técnico. ¿Quién lo escribió? Lo escribieron un conjunto de economistas, que eran funcionario s del gobierno español. Algunos venían de la época de Franco, liderados por Enrique Fuentes  Quintana, ya fallecido, que era de esa época. Lees ese documento y es de una ortodoxia… Ni Milton Fridman lo hubiera escrito mejor.  ¿Pero por qué? Porque era el momento, porque los desequilibrios de la economía española, hicieron que lo primero que dijeron era que había que limitar el gasto público y la cantidad de dinero.  Entonces los Pactos de la Moncloa,  muestran una conjunción política por un lado y técnica por el otro.

Y acá me meto de lleno en la cuestión de Argentina, en cómo la veo en este momento.  No les pidamos a los líderes políticos que no lo sean ni que no trabajen con agenda política. Quiero decir: ¿a vos te gusta el conventillo político? Bárbaro, vas a escuchar las 24 horas que van, que vienen. Ahora, si quieres ubicarte, apaga el televisor y préndelo tres semanas antes de las elecciones.  Volviendo al Pacto de la Moncloa, en el plano del “cómo”, no tengo comentarios, pero  en el plano del “qué” tengo mucho para decir.  Lo que ocurre acá en economía,  es que los planes tienen que ser de shock, porque somos todos ansiosos, no se puede pensar en un plan de tres años para bajar la inflación.  No es como dicen algunos economistas.  ¿Qué muestran el plan austral, el de convertibilidad? Que cuando tienes un programa que aplica un gobierno creíble, hay éxito inicial y encima mueve la economía, porque reaviva la esperanza.   

Si lo de Vaca Muerta es como dicen algunos colegas míos, agárrate, porque ésta es otra sociedad, y no sé si me gusta. Con la propensión  a la fantasía que tenemos los argentinos, empezar a gastar  a cuenta de Vaca Muerta  es la mejor manera de jorobarnos.  

La economía aplicada tiene que ver con puestos de trabajo, con salarios, con beneficios, con angustia, con millones de cosas. Lo mismo vale para otras disciplinas. El ejemplo que tengo -no soy abogado- tiene que ver con el garantismo, el abolicionismo. Pero digo, no hay que ser un genio para darse cuenta de que las implicancias de cómo hacen esto, genera muertes y no sé cuántos problemas. ¿Qué hacen los académicos del derecho? Violenta el sentido común que la reincidencia no sea penada de forma grave.  Entonces, en la disciplina que tengas, si quieres que la próxima vez sea diferente, que el péndulo sea moderado por lo menos,  fíjate qué podes hacer para darle datos objetivos, profesionales, según tu experiencia, al dirigente que a vos más te guste.  

Mi definición de gorila es la del  tipo que una vez rajado Perón dijo: volvemos al ’46. Pero está mal ese diagnóstico.  La versión actual es el que dice: se va Cristina y volvemos al 2003. No, no. La tarea que tenemos que hacer, además de todo lo que acabo de decir,  es actualizar los diagnósticos  sobre los cuales tenemos que decir cosas. Por ejemplo, el sector público es 15 puntos del Producto más alto que hace diez años.  Era el 27% del PBI y ahora es del 42%. A muchos de nosotros eso no nos devuelve nada, a un conjunto de tipos les representa mucho. Es fácil decir los rajamos a todos.  En la historia argentina se dice que lo único que disciplina es el pánico, razón por la que las crisis son tan severas en la Argentina.  El ejemplo es López Murphy  queriendo bajar los sueldos y jubilaciones con reducción de precios un 13%. Fíjate lo que le pasó,  y después Duhalde, con Remes Lenicov y Lavagna, bajan un tercio el poder adquisitivo de  las jubilaciones y los salarios, y Santas Pascuas. ¿Qué pasó en el medio? Que nos agarró un jabón fenomenal.

Está el tema de la soja dependencia. No somos  Arabia Saudita, no hice la cuenta pero el 98% de las exportaciones deben ser de petróleo.  Esto de hacer un hotel 22 estrellas, la cascada… Si decimos que nos ocupamos de los pobres ¡hagamos otra cosa! Argentina no está en esa, pero la soja y sus derivados son  la cuarta parte de las exportaciones. O sea que nos hemos  especializado en esto. Si tuviera a Prebisch acá, diría que no podemos perdernos la oportunidad, pero guarda, porque toda especialización plantea riesgos.

Está el tema de la seguridad personal, los derechos de propiedad. Escuchamos otra música. Está el tema de las villas. Eduardo Amadeo afirma que el problema de las villas es endógeno. También está el tema de la educación. El desafío que tenemos por delante es fenomenal, nosotros seguramente nos vamos a quedar acá, no nos vamos a suicidar, y entonces, vamos a pelearla. Yo no necesito ilusiones para vivir acá. Pero lo que tenemos que saber es que el pasado argentino es de alta volatilidad y tienen que ocurrir cosa muy fuertes  para que el péndulo no  vaya  al otro lado, pero si sucede tenemos que saber que es de naturaleza  transitoria y eventualmente buena.

 Juan Carlos de Pablo

Argentino, casado, 2 hijas, 3 nietos. Nació el 25 de noviembre de 1943.

 

Consultor

Director de CONTEXTO, newsletter semanal

Columnista en LA NACION y en FORTUNA

Profesor en la Universidad de San Andrés (UDESA) y en la Universidad del CEMA (UCEMA).

 

Licenciado en economía, Pontificia Universidad Católica Argentina (1964)

Cursó estudios de doctorado en economía, en la Universidad de Harvard (exámenes generales aprobados en 1968, tesis “en curso”).

Doctor HONORIS CAUSA, UCEMA (2009).

Miembro titular, Academia Nacional de Ciencias Económicas.

 

Ex economista asistente en el Consejo Nacional de Desarrollo (1963) y en el Instituto Torcuato Di Tella (1963-65)

Ex economista jefe en la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) (1965-75)

Ex director nacional de política tarifaria y de importaciones en el Ministerio de Economía y Trabajo de la Nación (1969-70)

Ex profesor de economía en la Escuela de Administración en el Instituto para el Desarrollo de Empresarios en la Argentina (IDEA) (1976-78)

Ex editor ejecutivo en El Cronista Comercial (1982-89)

Ex presidente de la Asociación Argentina de Economía Política (1992-94)

 

Dictó cursos en la Pontificia Universidad Católica Argentina, en la Universidad Nacional de La Plata, en la Universidad del Salvador, en la Universidad Argentina de la Empresa, en la Universidad Nacional del Sur, en la Universidad Nacional de Mar del Plata y en la Universidad de Buenos Aires; así como en la Universidad de Alcalá de Henares (España) y en la Universidad de Boston (Estados Unidos de América).

 

Autor de 42 libros, más 2 en vías de publicación y 2 en preparación.

 

Premio Ovidio Giménez, Fundación Ovidio Giménez (1972); Premio Dr Daniel Goytía, Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias (1975); Premio Economía Argentina, Fundación Judía Argentina (1977); Cruz de Plata Esquiú (1981); Premio Konex en Comunicación-periodismo, Fundación Konex (1987); Premio Longines al periodismo destacado (1995); Martín Fierro (1997, 1998, 1999, 2002 y 2006); Santa Clara de Asís, Liga de Madres de Familia (2000); Premio Perfil (2007, 2008, 2010).

 

Buenos Aires, mayo 2014

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