Para las revisaciones dos reglas de oro , buena iluminación y examinar pacientemente toda la cabeza.
Tenes que hacerte la revisación médica. Esta frase transforma la cara de los chicos y de muchas madres. Tenés Piojos, pregunta la mamá espantada. Y si . Contesta el chico más asombrado por la pregunta que por tener los habitantes en la cabeza. Les damos unas recomendaciones para poder tratar esta plaga que afecta a grandes y chicos. Para más información los invitamos a leer la página www.madrescontrapiojos.com de donde extraimos algunos de estos consejos.
• Evitar el contacto de las cabezas. Los momentos de más riesgo son por ejemplo cuando los niños juntan las cabezas para hacer un puzzle, cambiar tazos, seguir el juego de una game-boy etc... Hay que explicarles la importancia de no juntar las cabezas y decirles que es preferible realizar algunas de estas actividades solos en casa.
• Cada niño debe tener a la hora del baño su propia toalla. Igualmente debe tener su propio peine o cepillo tanto en casa como en el colegio. Es aconsejable también que en clase los jerseys y las cazadoras de cada niño se guarden dentro de una mochila, y no se cuelguen de los ganchos que tienen los armarios de colegios y que suelen estar muy juntos. No dejar las toallas apiladas y juntas en una pileta.
• Evitar los pelos sueltos. Obviamente el pelo rapado es la mejor defensa, pero sin llegar a este extremo, cuanto más corto es el pelo menores posibilidades hay de que se produzcan contactos salvo que las cabezas estén juntas. Por esta razón las infestaciones son más comunes en las niñas y en el caso de las que tengan el pelo largo conviene recogerlo en una coleta con diadema o en dos trenzas muy apretadas para evitar que la melena suelta llegue a rozar con el pelo de los otros niños. Cuando éstos juegan en grupos, el uso de pañuelos y gorros puede servir como defensa pero hay que inspeccionarlos después de su uso y no se deben intercambiar.
• En Estados Unidos se ha puesto de moda el wet combing. Los niños aprenden a partir de los siete años a peinarse con una lendrera después de la ducha y con el pelo mojado.
• Observa a tu hijo y su entorno. Si el niño empieza a rascarse con frecuencia, o si le ves con el pelo muy revuelto, o simplemente te dice que le pica la cabeza, hay que examinarle ese mismo día. Cepíllale el pelo tres veces al día. (Esto crea inquietud y puede lesionar a los parásitos. Un piojo herido no pone huevos ni sobrevive mucho tiempo.) Examínale el pelo y el cuero cabelludo al peinarle, al hacerle la raya, al secarle el pelo etc. Examina los cuellos de las camisas y las fundas de las almohadas. Si éstas son de color claro y aparecen más oscuras de lo normal puede ser a causa de las heces de los piojos. Los cepillos y los peines se deben inspeccionar y lavar a menudo.
• Hacer menos atractivo el pelo para los piojos. Después de lavarle la cabeza al niño aplicar un suavizante. Al peinar al niño diariamente humedecerle generosamente la cabeza con colonia para niños o aplicar gomina.
• Existen algunas colonias y aerosoles farmacéuticos para prevenir piojos que se aplican directamente al pelo pero su uso diario está desatando cierta polémica por las toxinas que contienen estos productos. Desgraciadamente hay madres que dicen que sólo consiguen prevenir una infestación aplicando semanalmente un champú que elimina piojos. Deben saber que están sometiendo a sus hijos a productos que a la larga pueden tener efectos secundarios. El uso continuado de estos productos está desaconsejado por los propios fabricantes y puede ocasionar también eczemas. Además no se debe utilizar productos pediculicidas con fines preventivos porque pueden resultar ineficaces a largo plazo por la aparición de resistencias. Es preferible empapar el pelo con una mezcla de vinagre de manzana y agua (una parte vinagre y dos de agua).
Estos productos dejan de ser efectivos si el niño se baña en el mar o en la piscina.
• En los herbolarios venden esencias para prevenir y tratar las infestaciones de piojos. Las principales son esencia de árbol de té, aceite de neem y esencia pura de lavanda. También puede ser efectivo la esencia de citronella y la de geranio. Se puede aplicar en forma de gotas al cepillo del niño antes de peinarle.
• Si nos llega una carta del colegio avisándonos de una plaga no tenemos que caer presas del pánico ni tampoco hay que tratar indiscriminadamente a nuestros hijos con un pediculicida. Simplemente hay que revisar más a menudo las cabezas de nuestros hijos y estar pendientes de los signos que nos podrían indicar la presencia de piojos. Los brotes suelen crear una psicosis pero conviene recordar que la varicela y el impétigo son patologías más serias pero que preocupan mucho menos.